La nube híbrida, la promesa de obtener lo mejor de ambos mundos.

16/05/2017 - Blog

Tal como predice Gartner, las nubes híbridas, conjunción de la presencia de datos en ambas nubes, públicas y privadas, contemplarán un gran crecimiento en los próximos años.

[[{"fid":"1424","view_mode":"full","fields":{"format":"full","field_file_image_alt_text[und][0][value]":"nube híbrida Walhalla Masscomm","field_file_image_title_text[und][0][value]":"nube híbrida Walhalla Masscomm"},"type":"media","field_deltas":{"1":{"format":"full","field_file_image_alt_text[und][0][value]":"nube híbrida Walhalla Masscomm","field_file_image_title_text[und][0][value]":"nube híbrida Walhalla Masscomm"}},"link_text":null,"attributes":{"alt":"nube híbrida Walhalla Masscomm","title":"nube híbrida Walhalla Masscomm","style":"margin-left: 150px; margin-right: 150px;","class":"media-element file-full","data-delta":"1"}}]]

Sin embargo,  a nuestro juicio, la preponderancia de estas nubes híbridas  en nuestro mercado será fruto de varias etapas previas del entorno tecnológico predominante en Europa.

En USA, la gran penetración que ha podido tener el mercado de nubes públicas, amparadas en una menor regulación acerca de sus limitaciones en cuanto a seguridad y privacidad, así como el hecho de tener un mercado único, o al menos unificado en cuanto a sus necesidades, ha hecho que no creamos posible que las nubes privadas o híbridas lleguen a acercarse al volumen de modelos como Amazon o Azure.

En Europa, las mayores regulaciones, y la variedad de las mismas, hacen que sea más difícil, y lo será como sabemos todavía más complicado en junio del año que viene, la utilización de los recursos de nube pública. Son las restricciones que  hacen, que al tener que en cualquier caso mantener una mínima infraestructura para mantener la confidencialidad, sea más propicio enlazar estas infraestructuras propias con las de la utilización de nube pública debido a sus evidentes ventajas económicas, floreciendo así la era de las nubes híbridas.

Estas nubes, que combinan recursos privados y públicos, sólo deberían denominarse híbridas en el caso de que combinen una estructura de nube restringida a una única entidad, con las nubes que con la misma infraestructura comparten varias entidades (Muntitenant). Es decir, ambas estructuras deben tener las características de nube, definidas por el NIST[1].

Esto nos lleva a una vieja discusión acerca de las entidades virtualizadas y las entidades de tipo nube, ambas son diferentes, ya que aunque la estructura de nube usa la virtualización, añade más funciones a la ecuación (elasticidad, autoservicio, medición, pago por uso,…), por lo que aunque en muchos casos aceptemos esta mezcla espúrea de tecnologías como nube híbrida, no lo son en puridad ni en las ventajas que podemos obtener de ellas.

En cualquier caso, las nubes híbridas tienen unas características que desde el punto de vista del usuario parecen evidentes:

  • Los recursos de la nube híbrida, deben ser visibles en su totalidad para el usuario de la misma.
  • Parece también evidente que los recursos deberían utilizarse de la misma manera, con interfaces iguales.
  • De igual manera deberían gestionarse de una forma integrada en su funcionamiento y en el uso economicista de los recursos.

Esta evidencia es la que niega la realidad actual. Los recursos de las nubes no son uniformes, ni se manejan de la misma manera, ni en la mayoría de las ocasiones resultan ser compatibles técnicamente entre sí.

La necesidad de cumplir lo que el usuario espera es lo que hace aparecer el concepto de Orquestación.

La orquestación en realidad trata de resolver un problema esencial que es la provisión de los servicios de acuerdo a esas tres necesidades planteadas por el usuario, pero además debe resolver un cuarto requisito, si cabe aún más importante, la ausencia de profesionales que sean capaz de lidiar con las complejidades de la nube, y obtener los resultados que se esperan de ella.

Lo podemos reflejar en un gráfico muy explicativo, elaborado  a partir de Gartner:

[[{"fid":"1425","view_mode":"full","fields":{"format":"full","field_file_image_alt_text[und][0][value]":"Nube híbrida manuela escuin ","field_file_image_title_text[und][0][value]":"Nube híbrida manuela escuin "},"type":"media","field_deltas":{"2":{"format":"full","field_file_image_alt_text[und][0][value]":"Nube híbrida manuela escuin ","field_file_image_title_text[und][0][value]":"Nube híbrida manuela escuin "}},"link_text":null,"attributes":{"alt":"Nube híbrida manuela escuin ","title":"Nube híbrida manuela escuin ","style":"margin-left: 150px; margin-right: 150px;","class":"media-element file-full","data-delta":"2"}}]]

El orquestador es quien define los servicios, automatiza su entrega y controla el funcionamiento del sistema de una forma homogénea, sea esta usando recursos propios o públicos.

Los diseños de este sistema de orquestación, que Gartner define como CMP (Cloud Management Platform) pueden ser de muy diferente tipo, tomando como base los de recursos privados o los interfaces de nubes públicas como Amazon.

La mayoría del mercado americano ha optado por hacer CMPs basados en los ya existentes, y ser altamente compatibles con Amazon, Azure o Google.

Nosotros creemos en otra solución, hacer crecer el CMP a partir de un modelo de nube privada, que entendemos será el prevaleciente en Europa. En este sentido, usamos OpenStack (que actualmente domina el mercado de nubes privadas y que es de código abierto) como la base sobre la que construir el CMP.

En este caso, en realidad tendremos un orquestador de orquestadores, que controla nuestra nube privada al 100%, y provisiona recursos de las nubes públicas, pero mantiene el control de las mismas en todo momento, aplicando las políticas globales de control que hemos definido.

Una parte esencial de los elementos que debemos controlar son las políticas de funcionamiento, tanto los estándares técnicos, como los legales, o aquellos que vengan motivados por nuestra propia decisión de arquitectura. Esto significa automatizar muchas de las funciones de acuerdo a procesos cerrados, que deben ser firmemente controlados por el orquestador.

En nuestro caso, el multi-orquestador lo denominamos Wotan, que haciendo uso de los conjuntos de APIs de cada uno de los diferentes entornos (o dominios como se denominan en cloud), es capaz de a través de un único interfaz de usuario (Dashboard), usar y controlar el conjunto de elementos físicos (diferentes Data Centers, gestionados como una Federación) como lógicos (diferentes entornos de nube).

Las funciones del orquestador, a nuestro juicio deben ir acompañadas de una facilidad de uso, y dado que los entornos tradicionales de cómputo y almacenamiento han sido ampliamente superados por las funciones de red virtualizadas (NFV – Network Function Virtualization), basadas en protocolos como SDN (Software Defined Networking), el orquestador deberá hacernos accesibles estos nuevos  mundos, en los que el sacar partido de las comunicaciones puede ser, sin duda el gran elemento potenciador de los entornos de cloud, especialmente los de cloud privada e híbrida.

Los grandes proveedores de cloud, por ejemplo Amazon o Google, son grandes utilizadores de estas tecnologías, pero las confinan a sus Data Centers, y en general no las expanden, al menos en su total funcionalidad a los usuarios finales.

Nosotros entendemos que este concepto de cómputo, almacenamiento y red, nos lleva a una nueva generación de modelos cloud híbrida, la basada en la utilización conjunta y homogénea de las funciones anteriores, que se materializan de forma más coherente en el concepto de Data Center definido por software (SDvDC).

El concepto de nube privada, conectada con la nube pública, usando los recursos de forma transparente, con los mismos interfaces de usuario, al fin y al cabo, como si estuviésemos viendo un único Data Center, es el concepto que a nuestro juicio debe ser la nube híbrida.

Por resumirlo, la nube híbrida, usando el orquestador:

  • Debe automatizar los procesos de provisión de servicio en todos los casos en que esto sea posible.
  • Debe cohesionar la estructura de gestión y control, tanto técnico como económico del conjunto de recursos, manteniendo un corpus de estándares apropiado a la organización.
  • Debe ser capaz de aprovechar en su máximo sentido las ventajas que proporcionan tanto los mundos privados como públicos, y estar adaptado a la incorporación inmediata de estas ventajas.
  • Debe democratizar el acceso a los recursos, de manera que el control y el aprovisionamiento se traslade tanto como sea posible a la base de la pirámide de usuarios, delegando en el orquestador las fronteras del sistema híbrido y el control de las mismas.

De esta forma, podremos entender el desiderátum de que la nube híbrida combina lo mejor de ambos mundos.