Del empirismo a la creatividad. Una evolución hacia el éxito profesional.

10/04/2015 - Blog

Por Juan Jerez. Director Nacional Sistemas Seguridad grupo Masscomm

El concepto de que los hechos son la parte más importante de la realidad, nacieron en la antigua Grecia de la mano de Aristóteles y fueron alimentándose durante la Edad Moderna con todas las corrientes de pensamiento empírico.

El empirismo aunque viejo, rige muchos aspectos de la vida cotidiana y de nuestra manera de resolver los problemas. Siempre que dos cosas se presentan asociadas, como el relámpago y el trueno, hay tendencia a esperar que, cuando ocurre una, tendrá lugar también la otra. Con la misma lógica,  ante un problema o  una tarea común, tendemos a resolverla basándonos en la experiencia y en el recuerdo de una situación similar, a la que aplicar una  resolución similar.

Pero a esta manera de pensar se le opone la del pensamiento científico. También corriente filosófica que, aun basándose en parte en que los hechos están dados en la realidad,  también es trascendente, pues va más allá de los hechos, es analítico pues los descompone y recompone, es predictivo pues del presente puede ir al futuro, es abierto pues está en evolución permanente y es útil pues intenta mejorar la realidad. Pero la diferencia más importante es que se usa el razonamiento. Razonando y contrastando pruebas constituimos nuestro entorno, aprendemos a relacionarnos y ponemos en práctica aquello que sabemos.

Pero el pensamiento científico es ante todo valiente, no se conforma con la realidad de los hechos. No se resigna con “esto se ha hecho siempre así”. Intenta evolucionar y salirse de lo cómodo para aventurarse en lo posible, no se queda en certezas y flirtea con el sueño, con la intuición. Y es ahí donde se han dado los grandes pasos de la humanidad.

Según Conrad Hilton, “El éxito está conectado con la acción. La gente exitosa se mantiene en movimiento. Hace errores pero nunca se da por vencido”.

Y de aquí nace un nuevo sujeto, el que utiliza el pensamiento creativo, un sujeto creativo que rechaza las alternativas obvias  y corre riesgos al bucear en su propio conocimiento y habilidades, hasta encontrar algo que funcione mejor o sea más eficaz, por ejemplo.

En el cambiante mundo en que vivimos, activar nuestra creatividad puede ser determinante no sólo para tener éxito, sino para sobrevivir en entornos altamente impredecibles, con nuevos desafíos y retos constantes y de una alta competencia.

La creatividad es una cualidad latente en todos nosotros, la que nos ha permitido evolucionar como especie y dominar el mundo, y que, como individuos y profesionales, debemos preservar y potenciar. En la era del conocimiento, y en un mundo saturado de productos y profesionales competentes, lo que nos va a permitir destacar y avanzar va a ser precisamente esto, tener una mente abierta, flexible y en forma para encontrar salidas oportunas y eficaces al gran número de continuos dilemas que el nuevo entorno nos va a plantear de forma constante. Aprender a aprender para ser más creativo creo que es, con toda probabilidad, la cualificación más importante y necesaria del profesional del siglo XXI.

Con un poco de esfuerzo cualquiera puede desarrollar su capacidad creativa hasta límites insospechados. Un buen ejemplo de hasta dónde se puede llegar nos lo dio un niño que fue expulsado por retraso mental de una escuela de  Michigan. Este niño, que se llamaba Tomas Edison, llegó a patentar nada menos que 1.030 inventos. Entre ellos algunos de los más notables de la historia de la ciencia.

La creatividad es el activo esencial de futuro de las empresas y organizaciones porque se basa en las personas, en sus conocimientos y en su habilidad por imaginar lo diferente. Nuestras empresas, especialmente en los tiempos actuales, requieren tener la capacidad de ser y parecer únicas. Y lo único siempre tiene una fuente común: la creatividad y su poder para crear lo que otros no pueden ni tan sólo ver o imaginar.

¡Muerte al empirismo y la autoresignación!¡Larga vida a la imaginación y la creatividad!

Aquello que creativamente imaginemos, ardientemente deseemos,  sinceramente creamos y emprendamos... inevitablemente sucederá.

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