Cambiar para mejorar

15/04/2014 - Blog

Voy a empezar estas líneas con un dato que me ha sorprendido. ¿Sabíais que el cerebro está “programado” para optimizar energía? En condiciones normales, cuando no pensamos en nada especial, podríamos decir que nuestro cerebro está en “stand-by”, sin apenas consumo de energía. Sin embargo, cuando exigimos una fuerte actividad cerebral como jugar al ajedrez, tratar de resolver un problema matemático, un crucigrama o planificar las cuentas de nuestras empresas o departamentos el consumo de energía se dispara hasta 10 veces. Curioso, ¿verdad? La siguiente pregunta sería: ¿y qué es lo que consume exactamente el cerebro? Muy sencillo. Azúcar. O, lo que es lo mismo, glucosa. Y es algo que todos necesitamos para mantener nuestro ritmo vital. Por poner un ejemplo sencillo, si nuestro cuerpo fuera un motor, la glucosa sería la gasolina que lo alimenta. Volvamos por un momento al párrafo anterior. Cuando exigimos al cerebro que piense multiplicamos su gasto energético hasta en 10 veces. ¿A qué equivale esto? Pues dependiendo del estudio que cojamos como base, va desde un 20% a un 40% de la glucosa de nuestro organismo. De ahí que todos hayamos tenido esa sensación de cansancio tras un período prolongado de fuerte actividad cerebral (“...no me cuadran las cuentas...”, “...¿cómo haría para poder vender más?...”, etc.). Es normal, ese cansancio es debido a que le hemos exigido a nuestro cerebro, hemos pisado el acelerador y el consumo se ha disparado. Y la glucosa que ha quemado el cerebro ya no está disponible para el resto del organismo, para los músculos, para nuestro corazón, y de ahí que al tener menos combustible para quemar las respuestas del organismo se vuelvan más perezosas.

Bien, ¿y? Muy sencillo. En la empresa, en el mundo de los negocios no sólo hay que mejorar, sino que hay que cambiar constantemente. Reinventarse es la clave en este mundo en el que las cosas van cada vez más rápidas. Y eso requiere esfuerzo. El esfuerzo de ponerse a pensar. No nos engañemos. El cerebro siempre va a tratar de llevarnos por patrones conocidos para optimizar el consumo de energía. Es algo que va en la genética del ser humano. Lo cómodo es no pensar y hacer siempre lo mismo. O pensar un poco, sin pasarnos tampoco, y mejorar algo, algún proceso, hacer una campaña puntual, cambiarle un color a la web... Eso no es cambiar. ¿Alguien sabe pelar correctamente un plátano? Todos estaréis pensando que sí, ¡vaya pregunta que nos hace Eva!

Por si no lo sabíais, todos los plátanos vienen ya abiertos, y aún así nos obstinamos siempre en hacer un estropicio tratando de abrirlo por el mismo sitio. Si nos fijamos en la punta veremos que tan sólo apretando un poco el plátano se abre con suma facilidad. Entonces ¿por qué nos obcecamos siempre en tratar de romper la parte más dura, la que le unía al árbol? Muy sencillo. Siempre lo hemos hecho así y nuestro cerebro nos manda la orden de continuar haciéndolo de esa manera porque si se pone a pensar en cómo abrir más eficientemente el plátano tendrá que pensar y gastar energía.

¿Y sabemos verter correctamente la leche del tetrabrik? Venga, a estas alturas del artículo ya tenéis que intuir que os voy a decir que llevamos toda la vida haciéndolo mal.

En efecto. Nuestro cerebro está genéticamente preparado para verter líquidos de una jarra o algo parecido y por eso cuando abrimos el cartón de leche nos lleva por el patrón mental de “verter líquido de jarra” y por eso colocamos el agujero en la parte inferior, no permitiendo que entre aire al tiempo que sale la leche y provocando que la leche salga a borbotones. Probad a poner el orificio en la parte de arriba y me contáis qué tal la próxima vez que hablemos.

Cambiar exige esfuerzo, es algo que cansa, que nos demanda tiempo y energía y eso es algo que no todo el mundo está dispuesto a permitirse. Creedme que en este mundo tan competitivo crecerá el que tenga la capacidad de atreverse a hacer cosas diferentes. En Masscomm llevamos toda nuestra historia reinventándonos. Pensando en lo que necesitáis para ayudaros no sólo a vender más, sino a vender mejor. Somos un mayorista diferente porque nos hemos permitido cada cierto tiempo destinar nuestros esfuerzos a pensar, a tratar de dar siempre ese paso que nos pone claramente por delante de los demás y, en paralelo a empezar a diseñar el siguiente paso que nos volverá a diferenciar una vez que los demás nos hayan copiado. Hemos pasado de una manera consciente de ser una empresa que vende al mayor centralitas a ser una empresa que vende al mayor y aporta soluciones en sectores tan diversos como las telecomunicaciones, los datos, los audiovisuales, o la seguridad, haciendo que converjan y sirvan de apoyo a nuestros clientes, que sois vosotros, para así dar un mejor servicio a los clientes finales, que son los vuestros.

Hemos invertido mucho en formación en toda nuestra amplia plantilla de profesionales, hemos incorporado productos y servicios novedosos y no hemos dejado nunca de lado nuestro negocio principal. La diversificación bien planificada, con productos y servicios complementarios es uno de los grandes valores añadidos de los que disfrutáis como clientes. También podíamos vender caramelos y alpargatas, eso también es diversificar, pero ¿a que no vemos por ningún lado el valor añadido? Pues eso.

Cambiar, no sólo mejorar. Sin tratar de dar piruetas ni hacer dobles saltos mortales cada dos meses. En Masscomm estamos inmersos en un proceso continuo de mejora de todos nuestros departamentos que nos hace ser cada día un poquito mejores y más eficientes y todo es gracias a vosotros. Pero cada cierto tiempo se introducen cambios que nos hacen dar ese paso que nos permite estar un paso por delante. Y por supuesto a vosotros. Como compañeros de viaje que sois, cada paso que damos es un paso que dais vosotros, que os permite ofrecer servicios y productos de alto valor añadido a vuestros clientes. Y eso vende.

Si quieres resultados distintos no hagas siempre lo mismo. Albert Einstein

Eva corral Directora comercial Masscomm