Cambio social y transformación tecnológica

08/11/2017 - Blog

Cada vez que tengo que abordar un editorial me pregunto ¿dequé podría escribir que suscitase interés y que no quedase en un documento que enumerase una serie de situaciones de mercado?¿Cómo hacer para que también nos pudiera llegar a nuestra vidacotidiana, fuera del ambiente laboral, permitiendo refrescar lo que
realmente somos y también lo que hacemos? Reflexionar sobre nuestro trabajo diario y sobre las emociones que, día a día, nos acompañan.


La gestión de la incertidumbre

Hoy me gustaría hablar de la “Incertidumbre”. ¿Qué es la incertidumbre?La podríamos definir como la situación de desconocimiento que se tiene acerca de lo que sucederá en el futuro. Laincertidumbre es algo que siempre va a estar presente en la vidade las personas, es una sensación de inseguridad, de temor, detitubeo, que muchas veces hace que el individuo paralice momentáneamentealguna actividad, hasta tanto la situación sea más clara y confiable.

Reconocemos que la incertidumbre genera ansiedad, que también forma parte de la condiciónhumana y sirve para afrontar situaciones de peligro o riesgo. Sin embargo, cuando es demasiado intensa, se convierte en una fuente de sufrimiento que es necesario controlar. Cuando la ansiedad se mantiene en el tiempo se genera un estrés que perjudica la vida normal de las personas.

La situación de incertidumbre actual

Estamos atravesando momentos de incertidumbre. Los modelos empresariales están cambiando, los perfiles de los clientes estánen continua evolución. La adecuación de los productos y serviciosque ofrecemos al mercado están sometidos a dichos cambios depatrones de comportamientos. Los productos son presentados enpago por uso y, esta situación nos lleva a todos a modificar nuestro portfolio de productos y servicios a una velocidad impensable hace unos años.

La incertidumbre en la gestión se ha convertido en una compañera de viaje, internet en nuestro ecosistema vital, la hiperconectividad en una obligación, la transformación digital en un mantra, no existe nada que no se vea sometido a una regulación en este mundo cambiante donde, el Derecho Internacional se está transformando en Ciberderecho…

En este mundo tan trepidante es donde nos ha tocado vivir, es una experiencia fantástica, única, puesto que estamos siendo protagonistas de un cambio estructural de la sociedad, de los hábitos de consumo, de las relaciones empresariales donde hemos roto las dimensiones tradicionales del espacio y del tiempo.

La relación entre empresas y Estados, empresas como Facebook que con más de 1.900 millones de usuarios activos al día en su red social, está presente en el mundo financiero y que, con una licencia bancaria en España, le hace la competencia al sector financiero tradicional. Pero Facebook cuenta con una ventaja, sus clientes son personas que raramente han entrado alguna vez en una oficina bancaria. Si a Facebook le sumamos los 1200 millones de usuarios
que utilizan WhatsApp al día, estamos ante un hecho notable, estamos ante el líder de las comunicaciones, muy por encima de los
operadores tradicionales como Verizon, Vodafone, Telefónica,… Es decir, un nuevo entrante nacido en Harvard en 2003 transforma el mundo de las comunicaciones y con un interés por parte de Mark Zuckerberg, llevar internet gratis, al menos, al 85% de la población mundial.

Y, en nuestro día a día, ¿cómo nos afecta esta espiral de velocidad que no tiene ya irreversibilidad? La frase “el cliente es el Rey” toma todo el sentido, analizar qué quiere el cliente, sus hábitos, sus patrones de comportamiento, sus experiencias, sus necesidades de financiación, nos llevan a pensar en el cliente en 360 grados, es decir, en entender, en “escuchar de una forma activa” lo que el cliente dice, no lo que nosotros queramos entender. Enamorarnos de nuestros clientes y enamorarlos es la única constante porque, aunque nuestros productos se modifiquen, cambien, se ransformen, siempre existirá un cliente al que poder vender.

La transformación digital es una gran oportunidad para una evolución, porque no puede haber excusas para no llevarla a cabo.Vivamos en la incertidumbre, con la incertidumbre, tendremos que encontrar en ella nuestra calma, nuestra razón de ser, aquietar nuestra mente para que, aunque el tiempo exterior pase con una gran celeridad, internamente encontrar un espacio para encontrarnos a nosotros mismos y disminuir nuestra ansiedad, nuestro estrés, porque haciendo eso veremos que el resto del mundo también parecerá que vaya más despacio.

 

 

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